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Mamoplastías
y embarazo
Por el
Dr. Héctor Gustavo Pinta, Especialista en Cirugía
Plástica
Muchas mujeres desean tener un buen cuerpo y que el
tamaño y forma de sus senos sea de determinada manera...
a su gusto. Existen implantes mamarios para aumentar los senos
y también cirugías para reducir los pechos.
¿Pero de qué manera repercuten estas intervenciones
en la mujer que aún no ha tenido hijos y piensa tenerlos?
Mamoplastías de aumento, mamoplastías de reducción,
mamoplastías de corrección. ¿Antes? ¿Después?
¿Cuándo? ¿Qué riesgos corro? ¿Podré
dar la teta a mi hijo? En cirugía plástica,
primero "se diagnostica el defecto" que interesa
al paciente. Tratándose de los senos, la paciente tendría
que decir cuál es el que nota en ellas; y luego, se
dan una o varias "alternativas de tratamiento",
y allí juntos (paciente y cirujano), decidirán
cuál es el más conveniente.
Puede haber mamas chicas (micromastia), pechos grandes (hipertrofias),
senos caídos (ptosis), y una combinación de
todos estos defectos mamarios.
En el primer caso, el tratamiento sería el aumento
del seno mediante la inclusión de implantes mamarios
de silicona, ya sean rellenos con suero o gel de silicona.
En el segundo tipo de alteración mamaria, se reducen
de tamaño de los pechos mediante amputaciones parciales;
y cuando se han caído se remodela el continente (piel)
y contenido (glándula), reubicándolos en la
posición adecuada.
Son preguntas comunes en las consultas prequirúrgicas:
¿qué pasa si me embarazo? ¿Corro con
algún riesgo?; ¿qué me conviene más,
esperar hasta no tener más hijos o corregirme este
defecto hoy?
Si la mujer siente que "eso" la afea haciéndola
infeliz, imposibilitando su relación con los otros,
tendría que corregirlo sin temores, pues ninguno de
los tratamientos propuestos tendrá relación
directa con su esperado embarazo, entorpeciéndolo o
produciendo "algo" antes o después del parto.
Salvo en caso de reducciones mamarias importantes, donde se
comprometan conductos imprescindibles para la lactancia. Aunque
debemos aclarar que generalmente estas "grandes"
mamas, no son buenas productoras de leche.
Las mamas (carácter sexual secundario) revisten en
la mujer la importancia de un carácter sexual primario
(vagina, o su equivalente en el hombre: el pene). Por lo tanto,
en caso de micromastias (lolas chicas), se recomienda la corrección
del defecto, pues la experiencia demostró que estas
"futuras madres", desarrollaron mejor su vida, con
mayor confianza y seguridad en sí mismas, durante esos
años que tuvieron por adelante, hasta tomar la decisión
de embarazarse.
Hoy se ha comprobado que los implantes mamarios no desarrollan
ninguna enfermedad reumatológica como artritis, ni
cáncer, etc. (F. D. A.); por lo tanto la lucha se centra
en evitar la "contractibilidad capsular". ¿Qué
es esto?: es cuando el tejido cicatrizal alrededor del implante
se contrae gradualmente, dejando la "sensación"
de endurecimiento glandular. No se endurece ni el implante
ni la glándula. Simplemente se está comprimiendo
esa bolsita de silicona que, una vez liberada, recobra su
naturalidad.
No posee complicaciones médicas, sólo estéticas:
mamas redondas, artificiales, sin movilidad.
Es cuando escuchamos decir: "yo me doy cuenta cuando
una mujer está operada porque tiene las mamas duras
y no se mueven".
Eso significa que tiene contraída la cápsula
cicatrizal, lo que tiene fácil solución. Pueden
existir casos recidivantes, en los que se hace necesaria más
de una corrección. No existe un método de prevención
específico, pero sí hay medidas que lograron
disminuir el porcentaje desde un 60% a menos del 10% de posibilidades
de contracción, como ser: uso de determinado tipo de
implantes (texturados), condiciones en que se realiza la cirugía,
etc...
Ya que el implante es colocado en la parte posterior de la
glándula mamaria productora de la leche materna (ya
sea en forma continua o separada por el músculo pectoral),
ésta puede perfectamente realizar su función
independientemente de "ese bulto" de origen mineral
que tendrá detrás, y que no interactuará
biológicamente con el organismo.
El embarazo y posterior amamantamiento podrían desarrollar
cambios en sus mamas (y abdomen). Primero, sus mamas aumentarán
de tamaño considerablemente. Quizás estén
expuestas a infecciones (mastitis), para luego atrofiarse
parcialmente.
Complicando aún más esta circunstancia, la pérdida
de la elasticidad y elongación de la piel. Por lo tanto,
las mamas caerán (ptosis mamaria).
Hay casos en que ya existía una caída de los
senos previa al embarazo.
Por ejemplo, en mujeres que en su adolescencia fueron más
"rellenitas", con un mayor componente graso en sus
pechos y al adelgazar, se redujeron de tamaño y cayeron.
Por tales motivos, se sugiere la corrección
de la ptosis:
1) en las que aún no estén embarazadas (parecería
innecesario pasar años de angustia e insatisfacción
"esperando estar peor" para justificar la cirugía
correctiva, pues nada les devolverá ese tiempo perdido).
2) si ha decidido no tener más hijos.
3) si el tiempo entre los embarazos sea tal, que decidan la
cirugía para satisfacción personal hasta tener
otro niño.
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